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Ayer pasé la tarde con mis amigos de la Federación Andaluza Arco Iris de Granada, Fer y Rafa de Guadix –quienes hacen una labor extraordinaria por el colectivo en la zona –, y mi querida Carmen Rosario Martín presidenta de la Asociación Mujeres por la diversidad –Asociación Andaluza Eco-TransFeminista desde 2011 –, maestra, poetisa y activista por los derechos de las mujeres LBT.

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Hace tiempo que colaboro con estas asociaciones porque me parece fascinante los proyectos que llevan adelante, uno de ellos y el que más me toca la fibra, las Bibliotecas Arco iris, una iniciativa para llevar la literatura LGTBIQ+ a las Bibliotecas municipales.

Siempre que nos juntamos nos lo pasamos muy bien y me siento afortunada de formar parte de movimientos como estos. Estuvimos hablando de literatura, y de temas varios y ¡qué mejor manera de despedir el año!

Aquí podéis ver el en vivo en su canal de Instagram.

Agradecida a quienes se pudieron conectar ese día y a la gente de Arco Iris por contar conmigo.

renunciar martha lovera

Va de aprender a renunciar

renunciar martha lovera

Para la mayoría de las y los mortales no es nada fácil (ni sencillo) renunciar. Se nos enseña desde muy peques a esforzarnos, a luchar, a darlo todo y continuar hasta conseguir el objetivo, «pase lo que pase, cueste lo que cuesta y caiga quien caiga», pero ¿a renunciar? A renunciar no solo no nos enseñan si no que se nos niega el derecho de siquiera verlo como posibilidad. Sin embargo, según lo veo, no pocas veces hay que barajar la renuncia como opción plausible.

Renunciar, según la RAE, significa: «hacer dejación voluntaria, dimisión o apartamiento de algo que se tiene, o se puede tener;  desistir de algún empeño o proyecto, o privarse o prescindir de algo o de alguien». ¡Ay, qué bonita la teoría!

En mi opinión, renunciar no debería verse como una acto de soberbia o rebeldía. Renunciar a que nos exploten, a permanecer donde sentimos que no nos quieren, respetan o valoran no debería ser condenado como cobardía, que de eso nada. Renunciar, como mínimo, debería mirarse como una declaración de intenciones, un acto de reconocimiento y validación de las propias necesidades y, a fin de cuentas, como un acto de amor (propio).

Sin embargo, socialmente, y con demasiada frecuencia, renunciar es visto como un fracaso y hasta es señalado despectivamente por quienes aúpan la ley del esfuerzo desmedido. Pero no, no todo aquello por lo que un ser humano se esfuerza termina dando sus frutos (y no todos los frutos son beneficiosos. A veces se atragantan e indigestan). No hay más que mirar a Sísifo, condenado a empujar cuesta arriba una piedra que, antes de alcanzar la cima, rodaba hacia abajo. Y él allí, dale que te pego a subir la piedra, y la piedra que no, que mejor hacia abajo. ¿Os suena esa tozudez sin sentido?

¿Cuántas veces, negándonos a renunciar, emulamos al Sísifo condenado e insistimos en persistir en el esfuerzo por conseguir algo (o alguien) que, sencillamente no está destinado a ser? Al menos no en ese momento o en esas circunstancias. ¿Cómo, por no renunciar, nos afanamos a seguir siendo esa versión conocida de nosotras y nosotros mismos porque «yo soy así», o porque es la versión que dimos a conocer a los demás y parecen estar a gusto con ella? (Aunque el traje nos apriete hasta la asfixia).

Como sabéis, mi segunda novela se titula Aquello que fuimos, y desde que la empecé a escribir he estado en contacto con el doloroso pero necesario arte de renunciar (y sigo aprehendiendo). Renunciar a aquello que fuimos, como mínimo, provoca una sensación de escozor entre la piel y los huesos que cala tan hondo que se cree que todo, incluso la propia existencia, se perderá para siempre. Y de algún modo es así, porque una parte de la propia alma muere con esa renuncia, y el vértigo que eso provoca es indescriptible. Seguro sabéis de lo que hablo.

Por eso no es fácil renunciar, dejar atrás versiones propias, lugares, personas, proyectos, empleos, relaciones, ideas y sueños; aún así, cuando postergar esa renuncia supone que los valores y las necesidades propias se desdibujen, que la ilusión y la alegría se difuminen, y que el cuerpo y la mente se alteren hasta perder la salud, parece que renunciar es la única opción.

Pero no, la mayoría seguimos aferrándonos a aquello que, cual carcoma, nos corroe desde dentro y ¿por qué? Al parecer, quienes investigan, le han puesto nombre a esto, Efecto Concorde, y describe a la perfección lo que sucede cuando, en lugar de pensar en el futuro para hacer un análisis objetivo de la situación y tomar una decisión que nos sea favorable, nos agarramos a lo invertido en el pasado, lo que termina nublando la perspectiva hasta, literalmente, arruinarnos (y ojalá fuera solo económicamente).

Este final de año deseo para todas y todos que aprendamos el arte de renunciar (yo sigo practicando día a día), hasta que logremos renunciar a las propias convicciones y esquemas, y con cada renuncia nuestros corazones rebosen de algarabía por renacer para SER, sin más.

¿Estáis en disposición de renunciar por un próspero 2022?

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Ayer fui muy feliz gracias a la entrevista que me hizo Fran Rebollero para Diversitat Alacant, una entidad privada sin ánimo de lucro (ONG) de carácter socioeducativo y sociocomunitario que nace en 2001 para luchar contra la discriminación y el odio que sufren lesbianas, gais, bisexuales y personas trans; de la que soy vocal en el Consell Valencià LGTBIQ y cuya labor es de gran importancia para el colectivo LGTBIQ en el país Valenciano.

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El encuentro lo hicimos en formato virtual a través de Instagram, donde pasamos un rato agradable conversando sobre literatura –a propósito de la publicación de Aquello que fuimos –, y de la importancia de que las personas LGTBIQ sigamos encontrando referentes en todos los espacios posible.

Agradecida a Fran y a toda la gente de Diversitat Alacant por contar conmigo.

Aquí podréis ver el video colgado en la cuenta de Instagram de Diversitat.

amordazadas martha lovera

Va de no dejarse amordazar

amordazar martha lovera

Todo ser humano desea experimentar el amor. Ese sublime sentimiento que desata pasiones (y que para algunos significa amordazar), y que a veces causa dolores de cabeza. Desde que nacemos necesitamos sentirnos amados y amar; y conforme crecemos aprendemos que suspirar, perder la noción del tiempo y el espacio, y sentir el revoloteo de las famosas mariposas en el estómago es una delicia; es cuando empezamos a desear amar.

De algún modo anhelamos ese estímulo que erice nuestra piel tras un beso o una caricia, y por supuesto queremos amar con todas sus letras. Sin embargo, ¿sabemos lo que es el amor? Amar, según la RAE significa: «TENER amor a algo o alguien». Quizás de ese concepto deriven todos nuestros problemas  –al menos los relacionados con el amor –, porque creemos que amar es tener, poseer.

En mi opinión, la mayoría confundimos lo que vemos en telenovelas, comedias románticas, o lo primero que sentimos cuando conocemos a ESA persona, con el amor. Nada más lejos de la realidad. Según quienes estudian el tema, ese flechazo que provoca noches insomnes y ansias de estar a cada minuto con el ser amado, no es más que la escenificación de una reacción química que sucede en nuestros órganos a causa del enamoramiento y, por fortuna, dura lo que dura (entre pocos meses a tres años). Apuntan que nuestro organismo no soportaría ese subidón químico durante demasiado tiempo. Pero, ¡qué rico se siente!, ¿a que sí?

La química del enamoramiento (que no del amor) es tan intensa y poderosa que nos hace sumergirnos en el caos, la contradicción y en ocasiones hasta en una indiscreta e imprudente sensación de locura. Somos capaces de sentir dos emociones opuestas a la vez, de hacer cosas inimaginables y nos hace conectar con la otra persona de forma inexplicable. ¿Será un amor de vidas pasadas?, nos preguntamos.

Y sí, es posible que esa sea una de las causas de esa conexión sublime (porque al final el cuerpo y el alma SABEN), sin embargo, es bueno tener presente que esa sensación tan agradable y alocada también es causada por una cascada de neurotransmisores y hormonas, que provocan que nuestro cerebro entre en un estado de enajenación alucinante.

Cuando esa química se desata, el enamoramiento parece gobernar nuestra existencia (hay quienes lo denominan la Energía de la Nueva Relación) y nos guste o no, tiene fecha de caducidad. De allí la importancia de reconocer cuánto dista del amor. Según profesionales en neurobiología, esas sustancias impactan en nuestro cerebro del mismo modo que cualquier droga potente, por eso son tan dolorosas las rupturas, porque, literalmente, se experimentan como síndrome de abstinencia. Y no nos enseñan nada de esto, es algo que vamos aprendiendo a trompicones, por ensayo y error, y que cuesta muchas lágrimas y a veces hasta nos hace perder la salud o incluso la vida, en el peor de los casos. ¿Quizás por eso dicen que el amor es ciego y la locura lo acompaña?

Esto ocurre porque en nombre del «amor» en ocasiones, mientras vagamos en esa ceguera no nos damos cuenta en dónde nos metemos ni con quien, y caemos en los brazos de personas que entienden el amor como AMORdazar; seres que atrapan y despliegan una invisible red constrictora sobre quienes dicen amar. Persona que capturan, encierran, encorsetan y limitan lo que un ser humano es para transformarlo en lo que ellas o ellos desean que sea, abanderando un «porque te quiero» (mientras hagas lo que yo quiero, sería la letra pequeña).

Y con esa forma de pensar, sentir y actuar sueltan perlas como: «¿Me vas a dejar aquí para irte con tus amigas?», «si de verdad me quisieras no harías eso», «con lo que he hecho por ti y así me lo pagas», «eres mi vida», «nadie te ama como yo»; y así un sinfín de frases, gestos, acciones y omisiones, –hay quien en su estrategia ignora a quien ama –, que limitan la manera en que una persona vive, piensa, expresa y siente la vida y el amor, condicionando cada uno de sus pasos.

Entones, ¿y el amor?¿Dónde queda en todo esto? La neurociencia habla de que, una vez superada la etapa química (el enamoramiento) y desintoxicado el cerebro de esas sustancias, entran en escena los valores, la cultura, las creencias, el compromiso y la voluntad de cada quien. Hace su debut la razón y se empieza a construir y afianzar el vínculo. Es cuando por fin vemos con claridad a nuestro ser amado (defectos incluidos), y lo que somos con y para él o ella; si hay o no compatibilidad, si nos ahoga o nos libera, si tenemos chispa o estamos apagadas, si estamos saludables o no (porque todo este tiempo el cuerpo lo supo). Es cuando se cae de manera estrepitosa en la realidad de lo que es.

Ojalá nos enseñaran esto en la escuela, sabríamos que esas mariposas y esas noches insomnes son producto de la norepinefrina; sabríamos que ese período de entre poco meses a tres años no define el amor que sentimos por una persona, y sobre todo nos evitaríamos muchos errores, lágrimas (dolores y enfermedades) en nombre del «amor», en nombre de sostener lo insostenible.

Pero este solo es el punto de vista de una persona romántica que, como muchas otras, también ha caído en la trampa del mal amor, pero que ha aprendido a prestar atención para no dejarse AMORdazar por eso que algunas personas creen que es amor. Lo confieso, a veces no lo he logrado.

Y ustedes, ¿Cuándo fue la última vez que un «amor» les amordazó?

PD: aplíquese a todo tipo de amor.

PPD: según las estadísticas las mujeres somos más frecuentemente «AMORdazadas». Si eres una de ellas, busca ayuda, NO ESTÁS SOLA.

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Anoche disfruté feliz en la presentación en Xàbia de Aquello que fuimos. La cita tuvo lugar en el salón de actos del Museo Arqueológico y Etnológico Soler Blasco, un espacio que me encanta por su elegancia y sencillez. Pese a la lluvia pudimos disfrutar de un encuentro entrañable.

Me siento agradecida y afortunada de haber podido compartir con todas las personas que estuvieron allí. Fue una noche agradable pese al frío que hacía fuera. Una charla entre amigos, cercana y amena moderada por mi queridísima amiga Miriam Ferrer Tur, antropóloga y trabajadora social asentada en la localidad, con la que tengo una estrecha relación y gran complicidad (y eso se nota a leguas), uno de los tesoros que me ha dado esta tierra.

Tuve la fortuna de recibir el apoyo de mis queridos y admirados Santi Marcilla (un mago para alucinar y mejor persona), Ely López (un excelente ser humano y cantante de las que erizan la piel) y Pura María García (mujer grande que crea magia con sus poesías) que se acercaron a verme y cuya presencia me hizo especial ilusión porque admiro lo que hacen y la pasión con la que lo hacen.

También, como siempre, conté con el apoyo del Ayuntamiento de Xàbia, La librería y papelería Puerto, y la Concejalía de Cultura de la mano de su Concejal Quico Moragues, además de la habitual ayuda de Ximo Bolufer.

Me siento plena y feliz porque, pese a la lluvia, estuvisteis allí conmigo y pudimos disfrutar de las letras. Siempre soy feliz de compartir con mi gente de Xàbia lo que creo porque es mi segunda casa.

Os dejo el enlace de lo que se vivió anoche aquí. Espero que lo disfrutéis.

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Ayer tuve el honor de acudir al IES La Malladeta de Villajoyosa. Estuve con las personas que cursan el segundo curso del Ciclo Formativo Animación Sociocultural y Turística hablando de literatura, inmigración, de la importancia de las palabras; de vínculos y responsabilidad afectiva y diversidad entre otros temas que surgieron a propósito de mi experiencia vital.

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Se trata de una colaboración propuesta por una de sus tutoras, mi querida amiga Miriam Ferrer Tur, para llevar a las aulas mi proyecto «Historia de vida».

Fue una experiencia enriquecedora que espero y deseo poder repetir, porque, según lo veo, es importante llevar a las aulas temas que condicionan nuestra vida, personal y profesionalmente, y que no aparecen en ningún programa de estudios.

Gracias por la oportunidad.

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Ayer fue la primera presentación de Aquello que fuimos en la terreta. En esta ocasión en un lugar que me encanta, se trata de la cervecería La Abadía en su recién estrenado y acogedor patio interior.

Ahora sigo con el rastro, en mi cuerpo y mi alma, de la sensación de bienestar que me recorrió durante esa hora compartiendo con Patricia, persona sumamente formada en cuanto a las letras se refiere y quien, junto a su marido Jorge, da vida al local.

Esa sensación, bienestar, es producto de la alegría, de conectar con personas queridas, de tener una charla amena y vibrar con lo que apasiona. ¡Qué bonito y cuánto necesitamos de estas pequeñas cosas! porque ayer recibí cariño, y fui feliz de crear momentos agradables en la memoria de quienes asistieron al evento.

Me siento satisfecha y agradecida a Patricia y Jorge de La Abadía de Dénia por crear ese espacio y porque sea uno de esos refugios donde repararse de los que tanto hablo. Las deliciosas pinzas, la pasta, sus cervezas y el tiramisú contribuyen. Agradecida también a Librería Publics por su inestimable apoyo.

Gracias a las personas que os acercasteis, gracias por vuestro apoyo y cariño.

Por aquí os dejo el enlace de lo vivido esa tarde.

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Anoche tuve el honor de estar en la 56 Fira del Llibre de València (Feria del Libro de Valencia) y participar en la mesa redonda titulada: «Llibres contra la LGTBIQ-Fobia» organizada por la Fundació Fira del Llibre de València y el Gremi de Llibrers de València. Se trata de la segunda feria de España, tanto por la cantidad de actividades culturales que organiza como por el volumen comercial alrededor del libro y la lectura. Se realiza en un enclave hermoso,  los Jardines de Viveros de Valencia.

Me sentí honrada por la invitación y feliz de estar con mis compis de letras Mila Martínez, Eley Grey, Fani Grande, Susana Gisbert Grifo y Óscar Hernández-Campano.

El corazón me latió fuerte al saber lo que se está moviendo en la literatura LGTBIQ+ en Latinoamérica, gracias a la conexión realizada con los centros PEN (Poetas, Ensayistas y Narradores) de Argentina, Chile y Puerto Rico, donde nuestra querida compi de la antología de relatos Locas y Perversas (Ed. Egales 2020) Yolanda Arroyo Pizarro está haciendo una gran labor por y para el Colectivo LGTBIQ.

Agradezco a la librería La Rossa por tener a mano mis novelas Aquello que fuimos y Eternamente en tus ojos y que de esa manera fuera posible aprovechar la ocasión para firmar unos cuantos ejemplares a lectoras y amigos que se acercaron.

GRACIAS a quienes me leéis y compartís mis letras porque con ello también difundís la Libertad de SER, VIVIR Y AMAR y derechos que tenemos las personas LGTBIQ.

Brindo porque sigamos compartiendo letras, amor, y continuemos viviéndonos sin fronteras y siendo cada vez más visibles.

fragil martha lovera

Va de sentirse frágil.

fragil martha lovera

No me enseñaron lo que significa ser o sentirse frágil. Creo que a ninguna persona la preparan para vivirse en esa versión, al contrario, nos enseñan a ser fuertes, a luchar, a superarlo todo y así, a veces sin querer, cuelgan sobre nuestro cuello la medalla de luchador o luchadora, «¡Campeona! ¡Campeón! ¡Va!, ¿tú puedes!», sin saber el daño que esa etiqueta y esa ovación pueden ocasionar.

En estos dos meses de baja he reflexionado en profundidad al respecto pues, de golpe y porrazo, la vida me hizo recordar algo que como médica sé muy bien (la teoría siempre es más sencilla), pero que tendemos a olvidar con el trajín del día a día; me encontré frente a frente con la fragilidad del cuerpo humano.

Frágil, según la RAE, significa: «Quebradizo, y que con facilidad se hace pedazos», «débil, que puede deteriorarse con facilidad» o «dicho de una persona: de escasa fuerza física o moral». Al conectar con la fragilidad de mi cuerpo –y con ello con la de mis circunstancias y mi propia vida –, experimenté cómo me hacía sentir y ahondé en ello.

Aunque esta lesión en el pie sea una tontería –comparada con otras cosas de mayor gravedad y peor progresión y pronóstico –, ha sido la tontería que me obligó a detenerme, a dejar de hacer muchas cosas y a conectar con lo frágil que es todo, y trajo consigo una nueva perspectiva y algunos descubrimientos.  Os cuento.

Estos sesenta días he descubierto las infinitas barreras con las que las personas con diversidad funcional se topan a diario. Cosas sencillas que ni asoman por la cabeza de quienes se desplazan sobre sus piernas, por ejemplo: alcanzar un producto en la parte alta de una estantería en un supermercado, el ancho de las puertas, el tamaño de los ascensores, el temblor que provoca en el cuerpo los adoquines de las aceras y que amenazan con hacer saltar los riñones de sus fosas o el impacto que pueden tener tan solo cinco centímetro de un bordillo.

Me encontré de frente con lo complejo que puede ser adaptarse forzosamente a algo que no agrada, algo que de súbito secuestra tu independencia y autonomía, un algo que merma las actividades de tu día a día, desconfigura tu cotidianidad y además, te obliga a permanecer horas y horas en casa. Porque desde que aparece ese evento que te vuelve frágil todo ronda alrededor de lo que es posible o no alcanzar en este estado, y de lo que las citas varias permiten o no hacer. Por cierto, ¿tan difícil es agrupar las visitas médicas y pruebas a los pacientes para disminuir los desplazamientos? (Esto ya lo pensaba mi versión médica).

Ese listado es lo que ahora mismo tengo fresco en mi mente. ¿Lo más difícil? Descubrir, a través de las miradas que recibimos de otros, cómo llegamos a mirar a quienes, por alguna razón, son diferentes. ¿Lo habéis pensado alguna vez? Os explico.

Están los que directamente no miran, luego están quienes miran con lástima y apartan la mirada y por último, los que miran y además VEN y se ponen al servicio con un: «¿necesitas ayuda?». Esas personas me enamoran. Espero pertenecer a ese club. ¿Os habéis preguntado cómo miráis? Es interesante.

Sé que una lesión en un pie no es nada en comparación a lo que transitan cantidad de personas que de pronto se encuentra atrapadas en una espiral infinita que, cual montaña rusa, los sube y baja a velocidad de vértigo tras escuchar un diagnóstico que las transforma ipso facto en frágiles y cambia su vida y la de sus familiares para siempre.

Sentirse frágil es cuanto menos incómodo. ¿Quién lleva bien sentirse frágil? Sin embargo, estos días he notado que puede haber cierta belleza en la fragilidad. Según mi punto de vista, la fragilidad nos torna personas cuidadosas. Cuando sabemos que algo se puede romper, de forma natural, la tendencia es a cuidarlo más y mejor. De pronto prestamos atención a esos detalles que antes ni nos pasaban por la cabeza, (vale para la vajilla, el coche, el propio cuerpo, las relaciones o lo que prefiráis).

Por cierto, hace dos días fue el día mundial contra el cáncer de mama, y muchas de las personas que lo han sufrido –esa o cualquier otra enfermedad desgastante –,  en algún momento se han tenido que vivir, sin apenas fuerzas, con esa pesadísima medalla de «luchadora» oscilando en su cuello y se pueden llegar a sentir culpa por pensar siquiera de lejos en «dejar de luchar».  aunque sea un día, aunque sea para reposar un poco. Duro, muy duro. Así que me he propuesto ser más cuidadosa al respecto.

¿Y ustedes? ¿Se han cruzado con vuestra versión frágil?

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Este mediodía ha sido la primera firma de libro en casa, en concreto, en la Librería Publics. Estuve entre las las 12 y las 14 firmando ejemplares de mis dos novelas y he disfrutado emocionada de la compañía de todas las personas que se acercaron.

Aunque vaya en muletas, en silla de ruedas, en scooter eléctrico; aunque vaya con mucha consciencia, en modo ahorro energético (salgo lo justo de casa, porque me cuido muy mucho de forzar la maquinaria en reconstrucción que ahora es mi cuerpo) sigo intentando disfrutar de lo que mi estado actual me permite, entre esas cosas, todo lo relacionado con la escritura y con Aquello que fuimos. Para mí es parte del tratamiento, me sube las endorfinas, me hace feliz, y me relaja.

Me siento satisfecha, honrada y agradecida a todas y cada un de las personas que se pasaron por la librería Publics a acompañarme. Agradecida también a todo el personal de la librería por hacerlo posible.

Gracias a la gente de Matria Associació por su apoyo y a cada una de las lectoras y lectores, alguno de ellos también amigas y amigos.

Súper gracias a mi querido artista roquero preferido Manu Michelutti por aparecer por allí. Por cierto, en breve sale su próximo disco.

Eternamente gracias.