Ayer fue la primera presentación de Aquello que fuimos en la terreta. En esta ocasión en un lugar que me encanta, se trata de la cervecería La Abadía en su recién estrenado y acogedor patio interior.
Ahora sigo con el rastro, en mi cuerpo y mi alma, de la sensación de bienestar que me recorrió durante esa hora compartiendo con Patricia, persona sumamente formada en cuanto a las letras se refiere y quien, junto a su marido Jorge, da vida al local.
Esa sensación, bienestar, es producto de la alegría, de conectar con personas queridas, de tener una charla amena y vibrar con lo que apasiona. ¡Qué bonito y cuánto necesitamos de estas pequeñas cosas! porque ayer recibí cariño, y fui feliz de crear momentos agradables en la memoria de quienes asistieron al evento.






Me siento satisfecha y agradecida a Patricia y Jorge de La Abadía de Dénia por crear ese espacio y porque sea uno de esos refugios donde repararse de los que tanto hablo. Las deliciosas pinzas, la pasta, sus cervezas y el tiramisú contribuyen. Agradecida también a Librería Publics por su inestimable apoyo.
Gracias a las personas que os acercasteis, gracias por vuestro apoyo y cariño.
Por aquí os dejo el enlace de lo vivido esa tarde.